De muy joven ya sufría de migrañas, dolor de espalda, dolor abdominal y cansancio.

Con 30 años me diagnosticaron fibromialgia, con 35 tuve un accidente que agravó aun mas mi situación. Mi cuerpo entró en un estado de colapso, sufría dolor cada día, especialmente por las mañanas al levantarme de la cama. Me diagnosticaron una especie de depresión endógena, la medicación ya no me servía. Empecé un peregrinaje a todas las especialidades medicas, psiquiatra, neurólogo, psicología, naturópata, todo me servía para mejorar, pero al cabo de unos meses volvía al punto de partida.

Una buena amiga me presentó a Dolors, yo no tenia ningún interés en probar nada mas, había perdido la esperanza.

En un par de sesiones de trabajo corporal, empecé a notar pequeños cambios en mi cuerpo, tras 2 meses con suplementos nutricionales y algunos cambios en mis hábitos de vida, el dolor empezó a disminuir.

Aprendí que el dolor solo era el síntoma que me estaba avisando de un problema. Aprendí también a vivir de forma distinta, a ver las cosas de forma distinta y eso me ayudó a relajar mi mente, supongo que mi cerebro hizo el resto y el dolor ya no forma parte de mi vida diaria.